Invisible

Con el paso de los años se ha dado cuenta de que algunos recuerdos duelen igual que si hubieran ocurrido ayer

¿Dónde está el límite entre ayudar y ponerse uno mismo en peligro?

O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en el villano

Ha descubierto además la otra cara de la violencia, la que nunca se menciona: la de quien mira y no hace nada

Dice mi padre que en esta vida hay dos razones por las que se te puede salir el corazón del sitio, la primera es por amor, la segunda por miedo

Y así, juntos, rostro contra rostro, desaparecen.

Ella sintiéndose feliz, segura, querida.

Él sintiéndose nada.

—¿Qué cuento me vas a contar hoy? —le pregunta su hermana mientras se acurruca junto a su pecho.

—El del niño al que nadie quería —le contesta mientras le tiemblan los ojos. Piensa que, con la luz apagada, ella no notará las lágrimas.

Es lo que tiene la mente, que puede causar un dolor infinito basándose en la nada.

Lleva ya demasiado tiempo rodeando precipicios, haciendo lo imposible por aguantar el equilibrio en un mundo repleto de enemigos, con los pies cada vez más lejos del suelo… con los pies cada vez más cerca del abismo.

El problema es que esos golpes son, también, cada vez más invisibles: duelen igual pero no dejan marca.