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Knjige
Bernhard Schlink

Mujer bajando una escalera

  • Antonieta Chávezje citiralaпре 3 године
    –La historia continúa. Pero nuestro mundo ya no cambia. Nada lo amenaza, ni el comunismo ni el fascismo ni los jóvenes, que quieren cambiarlo todo. Desde el fin de la Guerra Fría ya no existe alternativa para nuestro mundo. Dígame un solo país que no viva bajo las leyes del capital... No se le ocurre ninguno porque hasta el comunismo chino se ha convertido en capitalismo. La ley del Profeta, por la que los musulmanes matan y mueren, no es una alternativa; sólo es una tarea más para la policía y los servicios secretos. ¿Le preocupan los pobres? Mientras puedan ver la televisión y haya cerveza en la mesa no supondrán una amenaza, y de eso hay bastante.
  • Antonieta Chávezje citiralaпре 3 године
    Hacerse viejo para, por fin, ver el mundo es una tremenda tontería. También es una tontería hacerse viejo para participar en la historia del mundo o para ver crecer a los nietos. ¿Y para qué ponerse a leer un libro cuando se sabe que no se podrá leer hasta el final, sino que a la mitad habrá que cerrarlo y ponerlo a un lado?
  • Antonieta Chávezje citiralaпре 3 године
    Me pareció kitsch. ¿Era kitsch la mujer que bajaba la escalera a mi encuentro? No lo sé. La confusión de violencia y seducción, resistencia y entrega me turbaba. No es un terreno en el que me haya encontrado jamás con las mujeres. Y no se ajustaba a la forma en que había vivido yo entonces la relación con Irene Gundlach. ¿O es que lo había entendido todo mal?

    No me apetecía seguir pensando en aquello. Afortunadamente llevaba conmigo el libro y la botella de vino tinto. Yo no leo novelas, sino libros de historia. Lo que ha sucedido en realidad es distinto a lo que la gente cree. Si aprendemos algo de la historia, aprendemos de la realidad y no de una quimera, a veces genial pero casi siempre estúpida. Y quien piensa que las novelas tienen más colorido que la historia no pone a trabajar la fantasía y no se imagina a César que ama a Bruto como a un hijo y es apuñalado por él; a los aztecas que se infectaron con las enfermedades de los blancos y quedaron diezmados incluso antes de entrar en combate con ellos, o a las mujeres y los niños que iban siguiendo al ejército napoleónico y, al atravesar el Beresina, fueron pisoteados en la nieve o arrojados a sus heladas aguas. Tragedias y comedias, buena suerte y mala suerte, amor y odio, alegría y tristeza... La historia lo ofrece todo. Las novelas no pueden ofrecer más.
  • Antonieta Chávezje citiralaпре 3 године
    Para ser joven debe uno tener esa sensación de que todo puede arreglarse, todo lo que ha salido mal, todo lo que hemos perdido o lo que hemos estropeado. Si ya no tenemos esa sensación, si consideramos que los acontecimientos y las experiencias son irrecuperables, es que ya somos mayores. Y yo ya no tengo esa sensación.
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