Editorial Anagrama

Al menos, no de manera directa. Por el contrario, nuestra genética obedece a un principio sencillo: «No construyas un hardware inflexible, sino un sistema que se adapte al mundo que te rodea». Nuestro ADN no consiste en un plano fijo para construir un organismo, sino que más bien elabora un sistema dinámico que continuamente reescribe sus circuitos para reflejar el mundo que lo rodea... y para optimizar su eficacia dentro de él.

Los recuerdos nunca llegan en los momentos predecibles, son como esos gatos que duermen al sol tan tranquilos, pero que, cuando uno se atreve a acariciarles la panza, lanzan un rasguño directo a los ojos.

«Mamá, por terca te van a matar y te voy a encontrar muerta yo y espero que tengas plata ahorrada para mi terapia porque de la mía no gasto».