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Oh la tarde que va a las lúgubres aldeas de la infancia.
El estanque bajo los sauces
se llena con los apestados suspiros de la melancolía.
El estanque bajo los sauces
se llena con los apestados suspiros de la melancolía.
Azul es también la tarde;
la hora de nuestra muerte, la sombra de Azrael,
que oscurece un jardincillo pardo.
la hora de nuestra muerte, la sombra de Azrael,
que oscurece un jardincillo pardo.
Grises, pútridos huesos salen de hereditaria fosa.
Danza la mujer del viejo en velos y baba azulada,
llenas de lágrimas negras las rígidas sucias greñas,
en secas crines de sauces los niños confusos sueñan
y de lepra están sus frentes ásperas y peladas.
Danza la mujer del viejo en velos y baba azulada,
llenas de lágrimas negras las rígidas sucias greñas,
en secas crines de sauces los niños confusos sueñan
y de lepra están sus frentes ásperas y peladas.
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