Un café con Pacho

Woodstock paró el tiempo durante tres días, y tal y como prometía su cartel, fueron tres días de paz y música

Como los maestros del ajedrez que van unos cuantos pasos por delante de su rival y vislumbran una serie de posibles movimientos antes de ejecutarlos, Hendrix podía sacar riffs para un disco entero en cada uno de esos ramalazos de genio

a eso de las dos de la tarde, el que apareció fue Joe Cocker, un músico que tenía mucha mili a sus espaldas, pero que no gozaba de mucha popularidad hasta entonces. Todo cambió cuando interpretó el «With a Little Help from My Friends» de los Beatles. La cantó tan bien, con tanta pasión, que la canción pasaría a convertirse en uno de los himnos del festival.

A lo tonto eran ya las dos de la mañana y fíjate lo que quedaba por delante: Janis Joplin, Sly & The Family Stone, The Who y Jefferson Airplane

No había personal médico para atender a tanta gente. Incluso la armada estadounidense tuvo que acudir para llevar doctores, medicamentos, e incluso alimentos que aportaban los vecinos de los pueblos cercanos. ¡Si había hasta mujeres dando a luz en medio del festival! Y ya no hablemos de los bebés que se gestarían durante aquellos tres días. En nueve meses el índice de natalidad se dispararía. ¿Casualidad? No lo creo.

la Hog Farm, una familia muy especial a la que le encargaron, nada más y nada menos, que la seguridad del festival. La Hog Farm no eran fuerzas policiales. Más que police force ellos predicaban con la please force. Me explico, no dirigían a la gente imponiendo la fuerza bruta o la autoridad, lo hacían con buenos modales, contagiando su energía positiva a todo aquel con el que se cruzaban

El primer día fue el día más folk. Al menos, eso decían los cronistas. El segundo prometía ser mucho más intenso, más rockero, y se apuntaría muchísima más gente

La lluvia no daba tregua, por lo que el escenario comenzó a llenarse de agua. Más problemas que resolver sobre la marcha. Algunos grupos se negaban a tocar en esas condiciones lo que seguía provocando un continuo vaivén en el orden de las actuaciones

Sweetwater tendrían que haber sido los que abriesen el festival, pero llegarían tarde debido a un tráfico que hacía imposibles los desplazamientos por tierra. Por ese motivo pusieron al bueno de Richie en el aprieto de abrir el festival, y tenía que ser YA MISMO. Eran exactamente las 17:07, cuando Richie salió al escenario. Las siete de la tarde cuando se bajó. Richie había tocado todas las canciones que podía recordar, dándoles a la organización y al resto de músicos el tiempo suficiente para que fuesen llegando (en helicópteros) y se preparasen. Un auténtico héroe

El festival no acaba de arrancar y los asistentes comenzaban a impacientarse. La mayoría de los artistas no habían llegado, así que había que recurrir al único que rondaba por allí en aquel momento: Richie Havens