Cauterio

Resumir a la persona que te gusta es siempre una estupidez, los datos concretos resultan absurdos, ¿cómo describir a alguien que te gusta? Es como si estuvieras hablando de un mueble, o de unos zapatos.

Por las noches, cuando todo está en calma y siento el cuerpo cansado, me gusta abrazarte por la espalda sin que te despiertes. Me hace sentirme completa. Es en ese momento cuando me convenzo de que me vas a salvar de lo que he hecho mal antes en mi vida. De los errores, del tiempo perdido, de los que no me han querido bien.

Supongo que hubo una época en la que se podría decir que era feliz. Lo compruebo por el rastro digital que he dejado en las redes, que es el rastro translúcido que deja una babosa. Yo no recuerdo nada. Pero parece ser que tenía un trabajo normal, un horario, salía a cenar, tenía amigas, me cortaba el pelo. Tenía opiniones muy fundadas sobre política nacional e internacional. Leía libros, coleccionaba el New Yorker.

Apreté los dientes con tal de no llorar ni mostrar sorpresa. Conté. Uno, dos, tres. Conté las briznas de hierba que se veían desde la ventana. Sopesé bien el aire, el peso del plomo que acababa de caer sobre mis hombros, y mientras terminaba de un plumazo mi juventud le pregunté:
–¿Cómo se llama?

Pasaban eternidades y yo oía voces, eres fuerte, sigue, sigue, y todo mi peso se concentraba en mi vientre, y notaba culebras y fuego y cómo se entremezclaban, y centelleaban destellos verdes y amarillos color hiel, sentía algo que se amasaba entre mis piernas como un barro, y crecía con escamas y lengua bífida, y yo pedía que me lo sacaran, sacádmelo ya

«¿Has visto a su ex? No, la otra, la rubia. Es bastante graciosa pero está loca, loca de verdad, no como tú, contigo será feliz, tú no le harás sufrir.» Lo importante de todo esto, pensamos las tres y no decimos, es no ser una loca. Y me acuerdo de la chica de las medias roídas, y no sé por qué me la imagino con el pelo empapado bajo la lluvia, como si acabara de salir de un río, perdida, insomne. De repente siento una desazón que no sé de dónde viene.

Con el tiempo he entendido que de barrio y auténtico suele querer decir sucio y sin migrantes extracomunitarios o turistas daneses. El barcelonés, con sus bares, es racista sin complejos. Primer els de casa.

No olvides que el camino, para ti, será más importante que el destino. Acuérdate del camino y de sus piedras. Y del ángel, sobre todo del ángel y de su hermosa cabellera. Ese ángel lo determinará todo.

Esto es un cauterio. ¿Lo ves? Cuando lo calientas al fuego, cambia de color, puede ser ceniciento, rojo cereza, rojo oscuro, y sirve para curar. Puede aislar las infecciones con la quemadura. Te servirá para purificar aquello que necesites salvar. Es importante que te mantengas sana.

Acuérdate del ángel, por encima de todo lo demás.