Tres momentos de una vida (Knulp, 1915) es una de las principales obras de la primera etapa de Hermann Hesse. El vagabundo Knulp, lleno de espontáneo afecto a la humanidad y a la naturaleza, halla la propia felicidad y sublima su existencia haciendo el bien a quienes le rodean. En esa estampa de poesía casi franciscana, el consumado arte de Hesse expresa admirablemente la nostalgia de la infancia, edad en la que es posible abandonarse inocentemente a los sentidos y vivir la existencia en plenitud.