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Ana Clavel,Carlos Velázquez,Bibiana Camacho,Liliana Blum,Ricardo Garibay,Luis Jorge Boone,Karen Chacek,Javier Elizondo,Juan Rafael Coronel Rivera,César Silva Márquez,Magela Baudoin

El origen de todos los males. Madres y padres autoritarios

  • Sandra Arcos Reyesje citiralaпре 3 године
    Era más que admiración lo que buscabas, en tu anodino corazón lo que deseabas era afecto, apenas que te quisieran. Pero quién iba a quererte, Magdalena. Ni tú te querías a veces. Se decía que odiabas a las mujeres, pero no era cierto, sólo despreciabas la belleza. Ése era un truco de la niñez, con el que tendías un manto de desdén sobre aquello en lo que no eras buena
  • Elyn Moralesje citiraoпре 3 године
    Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente,
  • Sugey Navarroje citiralaпре 1 минута
    Es sabido que hay gente que entra al metro y no regresa.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    A este lugar llegaron hace exactamente cuatro años y dos meses. El gran tabú que los une es la prohibición en torno a mencionar siquiera la existencia de la madre de Valentín. Viven con la creencia de que al chamaco lo parió una marrana, no una mujer. Esa metafísica constituye el tótem de su clan. Por eso, aunque los amenacen de muerte, nunca los verán comer puerco, ni siquiera chicharrón en salsa verde, que es tan sabroso. Así que para respetar aquella unión entre padre e hijo, nosotros aquí tampoco hablaremos de ese tema, sólo le mencionaremos que a la doñita don Adalmiro la conoció en su otra vida, una completamente distinta a la que lleva ahora.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    Luego de cuatro décadas de vida y quince años seguidos de terapia, reconocía por fin la inutilidad de cuestionar la lógica individual de otra persona, en particular si esa otra persona es tu madre.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    Si pudiera acordarse de cuánto tiempo tenía de muerta su señora. Era el mismo tiempo que llevaba en la calle de planta, como le gustaba decir. ¿Cuántos años tenía ya el niño? Ah, ¡el tiempo! Le sorprendía cómo era lo primero que se perdía, incluso antes que el pudor, que cualquier otra cosa. Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente, como en esas ocasiones en que el niño lo recogía en la banca del parque o en la escalera del metro y lo llevaba al departamento para que se diera un baño, se cambiara de ropa y, quizás, esta vez, se quedara. Qué cambiado estaba el niño en cada ocasión. Estaba envejeciendo, igual que él.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    Regresaba un poco del país lejano al que se marchaba su espíritu cuando estaba en la calle. Desandaba los pasos suficientes para pensar, con suma ingenuidad, que quizás ahora podría quedarse. Sí. Se enjabonaba y veía cómo se formaba un charco negro bajo sus pies. Veía, siempre con alegría, cómo se aclaraba el charco y pensaba: tal vez.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    Llegaron al departamento. Era un lugar perpetuo, lleno de él, pero sin él. Era como ver su propio fantasma.
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    ¿Quién podría pensar que tragar sapos requiriera de tanta energía? Recuerdo cómo mi padre apagaba sus cigarrillos, apretándolos con lo que a mí me parecía saña, contra el cenicero hasta volverlos un acordeón compacto. Creo que un filtro de cigarrillo haría una excelente metáfora para este momento. Estar con mi padre siempre ha tenido el efecto de hacerme desear estar en cualquier otro lado, por desagradable que sea: hacer una fila eterna en el banco, limpiar un baño sucio, caminar por horas bajo el sol. Cualquier cosa menos estar cerca de él. Si ya no soy pequeña y no puede pegarme, ¿por qué mi cuerpo se sigue sintiendo afectado por su presencia?
  • Sugey Navarroje citiralaпрекјуче
    Lili se fue a su escondite. No estar muerto es lo mismo que poder morir. Cualquier cosa puede suceder. O repetirse. Puede ser peor la próxima vez, pensó Lili. El cielo arriba de ella oscureció. Una noche de esas en las que no es posible ver las estrellas. ¿Será que mamá vendrá a buscarla para cenar? Lili no se atrevería a entrar a la casa. Como si al salir por su propio pie hubiera perdido el derecho a hacerlo. Si lograra recargar la espalda contra la pared y cerrar la ojos, quizá pudiera dormir allí. No. Imaginó las cucarachas trepando por su cuerpo y se estremeció.
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