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Knjige
Stefan Zweig

La lucha contra el demonio

Hölderlin, Kleist, Nietzsche, tres personajes extraordinarios por los que Stefan Zweig, como «psicólogo por pasión, creador por voluntad creadora» sentía un profundo apego. Su inquietud vital los aleja de la contención de Goethe decidido a autoconstruirse: «La fórmula para la vida según Goethe es la representada por el círculo: una línea cerrada, la redondez absoluta que abarca toda existencia, el eterno retorno a uno mismo». En cambio, «la forma de lo demoníaco», de la inquietud interna en Hölderlin, Kleist y Nietzsche, «se expresa por una parábola: un ascenso rápido e impetuoso en una única dirección, hacia lo superior, lo infinito, una curva perpendicular y una caída brusca». El demonio, entendido por Stefan Zweig como remanente del caos original del mundo, es quien desafía a los hombres creativos, poseí­dos por él, y les «arranca de las manos, a la fuerza, el timón de la voluntad, de manera que… son tambaleados por la tempestad, y chocan contra las peñas de su destino».
“Un libro sencillamente iluminador.”
Luis Antonio de Villena, El Mundo
«Tras la máscara de Hölderlin, Kleist y Nietzsche se oye latir un genio de pasión desmesurada, un alma que desborda todo límite y medida.»
Javier Rodríguez Fernández, Diario de Cádiz
“Unos ensayos estremecedores y luminosos.”
Antonio García Vila, Quimera
«Estos admirables ensayos supondrán con seguridad un deleite para quienes deseen enfrentarse a la obra de Hölderlin, Kleist y Nietzsche.»
Luis Fernando Moreno Claros, ABC
308 štampanih stranica
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Bookwire
Prvi put objavljeno
2020
Godina izdavanja
2020
Izdavač
Acantilado
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Citati

  • ixelll22je citiraoпре 7 година
    " la ceguera no es sólo error, sino cobardía", y la indulgencia es un crimen, pues aquel que tiene miedo o vergüenza de hacer daño, aquel que teme oír los gritos de los desenmascarados o retrocede ante la fealdad del desnudo, ése no ha de descubrir nunca el último secreto.
  • Adal Cortezje citiraoпре 2 године
    De vez en cuando un huésped, un visitante. Pero la corteza se ha hecho ya demasiado dura alrededor de ese corazón anhelante de compañía; el solitario da un suspiro de alivio cuando se marcha el visitante. No queda ya en él ni rastro de sociabilidad; la conversación fatiga, agota, al que se alimenta de sí mismo y que, por tanto, sólo tiene apetito de sí mismo. A veces, rápido como un destello, pasa aún un rayo de felicidad: esa felicidad se llama música.
  • Adal Cortezje citiraoпре 2 године
    Únicamente puedo sentirme satisfecho cuando estoy en compañía de mí mismo, pues sólo entonces puedo ser sincero.

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